… y la resolución de problemas.
Muchas veces, describimos el pensamiento creativo utilizando metáforas como «pensar fuera de la caja» y «ver ambos lados del problema».
Pero, ¿y si las lleváramos cabo de forma literal? ¿Aumentaríamos entonces nuestra creatividad?
Hoy el post va sobre un estudio en el que Ángela Leung y su equipo decidieron contestar la pregunta estando, literalmente, fuera de una caja. Querían establecer un vínculo entre la creatividad y lo que los psicólogos llaman «cognición encarnada», que es algo así como el conocimiento a través del cuerpo y la acción, que no deja de ser interesante.
Los resultados fueron publicados en la Revista Pychological Science y concluía que sí, que una persona podía ser más creativa cambiando la postura [Embodied Metaphors and Creative Arts, 2012].
Para el estudio se formaron grupos (dependiendo del experimento, entre 40 y 100 personas) y después de cada acción o no acción (dependiendo del caso), les pusieron a hacer actividades creativas con lego, viñetas sin texto, lluvia de ideas, búsqueda de palabras…
Personalmente solo considero que la investigación parta de metáforas en los dos primeros puntos (llámame «tiquismiquis» pero tenía que decirlo). De todos modos, los 5 ejercicios son interesantes.
Metáforas y creatividad
#1. «Por una parte… Por otra parte…»
Las ideas creativas asocian dos ideas que aparentemente no están relacionadas. Tiene que ver con lo el concepto bilateral. Cuando somos capaces de pensar un problema en términos de dos lados diferentes, somos más propensos a encontrar una manera de integrarlos.
El ejercicio era resolver un problema haciendo gestos de subir y bajar las manos como si se tratara de una balanza.
El objetivo era identificar si el movimiento enviaba una señal al inconsciente para alentarlo a considerar la cuestión desde otros ángulos.
Para la prueba, Leung y su equipo dividieron a los voluntarios en dos grupos.
Los del primero solo utilizarían el lenguaje verbal para contemplar las dos partes de un problema; los del segundo, moverían las manos, a modo balanza, mientras hablaban del tema.
La conclusión es que aquellos que tuvieron más ideas novedosas fueron los que utilizaron la gesticulación mientras hablaban sobre el problema a resolver.
#2. «Pensar fuera de la caja» (o thinking outside the box, que queda mucho mejor)
La expresión invita explorar ideas nuevas desde nuevas áreas.
En su investigación, el equipo de Leung tuvo participantes, literalmente, sentados dentro de cajas o al lado de ellas. Y ¡oh, sorpresa!:, los investigadores concluyeron que aquellos que literalmente se habían sentado fuera de la caja tuvieron más ideas.
#3. Andar por la habitación «sin ton ni son»
Los investigadores concluyeron que aquellos que habían caminado sin rumbo en la habitación habían generado más ideas que aquellos que habían andado siguiendo la forma su forma rectangular o de aquellos que simplemente no se movieron de su sitio y se quedaron sentados en sus sillas.
#4. Que un avatar «piense» por ti
En este caso, los participantes de la prueba observaban un avatar de «segunda vida» que estaba vagando por una plaza.
Según los resultados, esta forma de «encarnación psicológica» también funcionó. Los voluntarios que miraban su avatar libremente vagando y deambulado llegaron a ideas menos convencionales que aquellos que andaban siguiendo una ruta.
Desde mi punto de vista, es el resultado más interesante de todos porque muestra que, al final, lo que cuentan no son las posturas en sí, sino los estados de ánimo y la imaginación.
Y es que no es poco que solo con imaginarte haciendo algo ya llegues a nuevas conclusiones y a generar nuevas ideas.
Y eso, es esperanzador.
#5. Pensar en horizontal
Ya tienes una nueva gran nueva excusa para tumbarte a la mínima que puedas porque el estudio concluyó que la posición horizontal permitía una mayor creatividad.
Pero no te lo pierdas, hay un estudio anterior que afirmaba que las personas acostadas eran mejores resolviendo anagramas [Thinking on your back, 2005].
Dicho de otro modo: te tiras en la cama o en sofá, miras el techo y tu creatividad se pone en marcha. No está mal.
Apuntes finales
Si el cuerpo es un gran aliado para ayudarnos a generar ideas o resolver problemas, ¿por qué no ponerlo a nuestro servicio?
La creatividad es una pieza indispensable en nuestro día a día, no solo delante de un lienzo o de una página en blanco, en la cocina preparando un plato gourmet o montando una mesa de centro con 4 palets.
Requerimos creatividad en la rutina y en los retos, cuando nos encontramos con un problemón o cuando tenemos que preparar la cena con las sobras de la semana. Es ahí cuando nuestro interior empezará a maquinar una solución, una alternativa o una idea y, entonces, seremos creativos frente a la vida, expresándonos a través de lo que hemos ingeniado, prueba de que estamos vivos.
Pero a partir de ahora, si en algún momento sentimos que el día nos viene grande, podemos recordar que tenemos la opción de ir en busca de una caja gigante y meternos dentro, que nos irá bien. Y, solo de pensarlo, me quita presión, me hace sentir bien y, lo más importante, me hace sonreír.